Prólogo
El
capitán Jean-Luc Picard se encontraba en su despacho leyendo el
informe que comandancia de la flota le había enviado respecto a su
misión actual. Al parecer, un número indeterminado de insurrectos
alienígenas se había apoderado del ISS ARES y ahora la nave estaba
desaparecida. Su misión era lanzar al ISS ENTERPRISE en su busca,
encontrarlo, reducirlo y capturar a los cabecillas o, si no había
otra opción, destruir la nave.
Picard
frunció el entrecejo al llegar a la parte donde se informaba de las
muertes de la capitán La Rouge y su primer oficial, el comandante
Norn. Les había conocido a ambos. La Rouge era hábil y ambiciosa,
pero demasiado voluble. Se preguntó como esa mujer se había
mantenido en el mando tanto tiempo, seguramente Norn tenía mucho que
ver en ello. En su opinión, la flota imperial no había perdido un
gran capitán. En cuanto a Norn, Picard le recordaba del corto tiempo
en que había servido en el Enterprise como jefe de seguridad. Eso
fue antes de que le injertaran ese bicho trill, lo que le valió un
ascenso y un nuevo destino en el Ares. Al igual que La Rouge, Norn
era hábil y ambicioso, pero sabía contenerse y esperar a que los
acontecimientos le fueran favorables y no dejaba escapar una
oportunidad de mejorar su status. Había llegado a apreciarle, pero
en parte se alegró de su marcha porque sin duda, con el tiempo,
habría intentado usurpar su puesto. El informe concluía con la
última posición registrada del Ares, una luna del sistema de Bajor
con atmósfera adecuada para la vida humana.
Picard
pulsó su comunicador.
-Picard
a Riker.
-Aquí
Riker.
-¿Cuanto
tardaremos en llegar al sistema Bajor en warp máximo?
-Un
momento señor... aproximadamente setenta y cuatro horas capitán.
-Bien,
dispóngalo todo nº1, de la orden de partida así que sea posible.
-A
la orden capitán.
Picard
cortó la comunicación y empezó a pasearse a grandes zancadas por
el despacho, tenía el aspecto de un tigre enjaulado y se sentía tan
furioso como uno.
-¡Enviar
a la nave insignia del Imperio a una simple caza de aliens! -dijo
para si. -Sin duda alguien debe de estar riéndose mucho en
comandancia en este momento.
Capítulo
1
La
capitán Mina Lars estaba en su camarote, contemplando el espacio
estrellado a través de la ventana. Se llevó a los labios la taza de
café que sostenía entre sus manos mientras rememoraba como había
llegado a esa situación.
Cuando
T'Brell y ella fueron a ver a Beratis, el jefe de los comandos
nausicanos y le expusieron su plan, él se alió de inmediato con las
mujeres, discutieron los detalles durante días y se pusieron en
acción. Beratis y los suyos tomaron la armería por sorpresa y no
tardaron en asesinar al estado mayor del Ares. Tras eso, la veintena
de nausicanos se distribuyeron por toda la nave y no tardaron en
imponerse al resto de la tripulación gracias a las armas robadas en
la armería. Como los únicos que tenían derecho a ir armados en la
nave eran los oficiales de alto rango, los tripulantes del ares no
tuvieron más remedio que someterse a las órdenes de los
alienígenas, los pocos que intentaron resistirse fueron
desintegrados en el acto. Un par de llamadas a través de una
frecuencia en desuso por las naves imperiales y el resto del plan se
puso en marcha. Cuatro días después, la nave, que ahora llevaba el
nombre de “Libertador”, se situaba en la órbita de un satélite
del cuarto planeta del sistema bajorano. La pequeña luna estaba
desierta, pero tenía una atmósfera que la hacía apta para sostener
vida humanoide. Un grupo de 1200 hombres y mujeres de todas las
razas, pertenecientes a la clandestina Alianza Rebelde, esperaba en
la luna para embarcar en el Libertador, los antiguos tripulantes
fueron abandonados en esa luna con suministros para varios días,
pero sin ningún aparato de comunicación. Los rebeldes la nombraron
capitán y ella aceptó esa responsabilidad. Nombró a T'Brell su
primer oficial y a Beratis su segundo, el nausicano también fue
asignado como oficial táctico. Una vez instalados, el Libertador
desapareció en dirección a la zona neutral romulana.
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El
Libertador se encontraba en alto total justo en el borde de la zona
neutral, esperando algún movimiento por parte de los romulanos. Sin
embargo, no fueron estos los primeros en dar señales de vida.
-Capitán,
los sensores han detectado una nave saliendo de warp.
Mina
se levantó de su asiento y observó el monitor de OPS, operado por
el vulcano Garen.
-¿Romulana?
-Negativo
capitán. Es terrana, clase Intrepid.
-Nos
llaman capitán -informó Glessa, la caitiana que ocupaba el puesto
de comunicaciones.
-Señor
Beratis, levante escudos y cargue armas.
-Listo
capitán.
-En
pantalla.
-Soy
el capitán Ben-Alí del ISS Charles Lindbergh -dijo el hombre que
aparecía en pantalla. -Bajen los escudos y prepárense a ser
abordados.
-Soy
la capitán Mina. Esta nave a sido requisada por la Alianza Rebelde.
No pensamos rendirla, al contrario, le conmino a que rinda la suya
capitán.
-¿Me
desafía? ¿Cómo se atreve maldita rebelde alienígena?
-Seamos
realistas capitán. Su nave no es rival para una Galaxy.
-Eso
lo veremos.
El
Charles Lindbergh hizo una maniobra y disparó sus fásers contra el
Libertador.
-Señor
Ren, maniobras evasivas. Beratis, deles duro, ataque a su generador
de escudos y a sus motores. Si es posible, me gustaría apoderarme de
esa nave.
Beratis
devolvió el fuego mientras el joven piloto ferengui esquivaba las
andanadas de la nave imperial. Los cálculos de Mina no estaban
equivocados, tras unos minutos de lucha, la intrepid, mucho más
pequeña y con menor armamento se encontraba sin escudos e incapaz de
entrar en warp.
-Beratis,
envíe un pelotón y apodérese de esa nave.
-Yo
mismo les lideraré capitán.
Beratis
había visto incrementado el numero de guerreros asignados a su
sección, ahora tenía más de trescientos hombres y mujeres bajo su
mando, la mayoría de razas guerreras como nausicanos, gorns y
caitians aunque también contaba con valientes de otras razas menos
belicosas, pero igualmente diestras en el combate, como bajoranos,
vulcanos o andorianos entre otros. Escogió a los cincuenta hombres
que formarían el pelotón de abordaje y se teletransportaron a los
puntos estratégicos de la nave imperial. Treinta minutos más tarde
comunicaba a la capitán Mina que el Charles Lindbergh pertenecía
ahora a la Alianza Rebelde.
-Buen
trabajo teniente -dijo Mina. -Mantenga la posición hasta nueva
orden. Comandante T'Brell, escoja a trescientos tripulantes para
reasignarlos a esa nave y tome el mando de la misma. Haga las
reparaciones pertinentes, llévela a nuestra base secreta y dótela
de una tripulación completa. Y procure que la gente de Beratis no se
cebe demasiado con los prisioneros.
-Enseguida
capitán.
Tres
horas más tarde el Charles Lindbergh, rebautizado como “Justiciero”,
estaba a punto.
-Capitán
Mina, estamos a punto para partir.
-Buen
trabajo... capitán T'Brell, buen viaje.
T'Brell
alzó una ceja cuando escuchó a Mina llamarle capitán, aparte de
eso nada reveló las emociones que despertó ese hecho en ella.
-Gracias
capitán. Hasta pronto.
El
Justiciero maniobró con elegancia y poco después desapareció en un
estallido warp.
Mientras,
el Libertador, que ya había sido reparado de los daños sufridos en
el enfrentamiento, seguía esperando.
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El
Enterprise salió de warp en las afueras del sistema bajorano y se
situó en órbita geosincrónica de la pequeña luna. Picard,
escoltado de cuatro hombres, se materializó en la superficie donde
la anterior tripulación del Ares esperaba su incierto destino
custodiada por varios hombres de la sección 31. El oficial al mando
se adelantó a recibirle.
-Bienvenido
capitán Picard, le estábamos esperando señor.
-¿Han
interrogado a la tripulación del Ares?
-Afirmativo
señor. Ninguno parece saber nada del destino del Ares.
-¿El
interrogatorio ha sido el adecuado?
-Le
aseguro señor que si alguno de ellos supiera a donde ha ido esa nave
lo habría confesado.
-Bien.
Retengan a los cuatro de mayor rango para que los ahorquen
públicamente en la Tierra, el pueblo agradece un buen espectáculo.
Ejecuten al resto aquí mismo.
-A
la orden capitán.
Con
el semblante impasible, Picard presionó su comunicador y él y su
equipo desaparecieron entre el fulgor del teletransportador.
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El
sonido del comunicador despertó a la capitán Mina de un sueño
reparador.
-Diga.
-Siento
despertarla capitán, una nave romulana acaba de descamuflarse a
corta distancia. Nos llaman.
Mina,
aun medio dormida, tardó unos segundos en reconocer la voz de su
nuevo primer oficial, el comandante Glem. Ella había escogido al
andoriano para el puesto después de que Beratis lo rechazara, el
nausicano prefería seguir en su puesto como líder guerrero.
-No
sería útil en un puesto burocrático como el de primer oficial -le
dijo -prefiero estar donde está la acción.
Mina
se levantó de la cama y se vistió rápidamente.
-Voy
para allá señor Glem.
Capítulo
2
Mina
entró en el puente encarándose a la pantalla principal donde se
veía un oficial romulano.
-Soy
la capitán Mina Lars, de la Alianza Rebelde. ¿Con quién tengo el
placer...?
-Soy
el capitán Talok. ¿A quién pretende engañar? Esa es una nave de
la flota terrana.
-Que
ha sido requisada por la Alianza. No somos sus enemigos capitán, más
bien todo lo contrario. De hecho estamos aquí para proponer una
alianza.
-¿Qué
clase de alianza?
-Sería
mejor hablarlo en persona. Le invito a visitar el Libertador.
-¿Y
caer en manos del Imperio Terrano, me toma por estúpido?
-Ya
le he dicho que esta nave no pertenece al imperio. Míreme, soy
bajorana, mi primer oficial es andoriano, mi jefe de armamento es
nausicano. En este puente puede ver además a un vulcano un boliano y
un ferengui. ¿Cuando ha visto una nave del Imperio Terrano tripulada
solo por alienígenas?
-Pueden
ser terranos alterados quirúrgicamente.
-¿Con
qué propósito? Si no se fía puedo ir yo a su nave.
-¡No!
Ningún enemigo potencial entrará en esta nave... De acuerdo iré yo
a la suya, bajo ciertas condiciones.
-Exponga
esas condiciones capitán, seguro que podemos entendernos.
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Talok
se materializó en la sala de transportador 3 acompañado de cuatro
hombres fuertemente armados.
-Bienvenido
al Libertador capitán -saludó Mina. -Le presento a mi primer
oficial, el comandante Glem.
Talok
miró a su alrededor intentando descubrir alguna trampa, pareció
darse por satisfecho con el resultado de su escrutinio y, por primera
vez desde su llegada, miró a Mina a los ojos.
-Usando
una expresión terrana, vayamos al grano capitán Mina. No pienso
permanecer en esta nave más tiempo del necesario.
-Lo
comprendo.
Poco
después se instalaban en la sala de juntas.
-¿Qué
quiere proponerme capitán Mina?
-Hace
poco, la Alianza Rebelde se enteró de un plan del Imperio Terrano
para invadir Rómulo. Si su Tal Shiar es tan bueno como dicen, ya les
supongo enterados.
Talok
se limitó a mirar a Mina con cara de poker, sin soltar una palabra.
-Lo
tomaré como un si. Nuestra propuesta es la siguiente. A cambio de
cierta ayuda tecnológica, nosotros mantendríamos al imperio tan
ocupado que no tendría tiempo de invadir a nadie.
-¿Y
como van a hacer eso? Dígame capitán ¿Disponen de muchas naves
como esta?
-Lo
cierto es que no. De ahí nuestra solicitud de ayuda.
-No
parece que puedan hacer gran cosa. Supongamos que el gobierno de
Rómulo aceptase su proposición. ¿Y si a pesar de todos sus
esfuerzos lo terranos intentaran su invasión?
-Entonces
tendrían una guerra, pero contarían ustedes con una ventaja.
Tendrían una quinta columna actuando desde dentro del Imperio
Terrano.
-Interesante.
¿Y en qué están ustedes pensando exactamente al hablar de ayuda
tecnológica?
-En
su tecnología de ocultación, evidentemente.
-Rómulo
jamás aceptará compartir esa tecnología.
-Capitán,
seamos sinceros, El Imperio Romulano resultó muy tocado después de
su último enfrentamiento con los terranos. No les interesa esta
guerra. Nosotros les estamos dando la oportunidad de evitarla o, en
el caso de que se produzca, contar con un aliado.
Talok
desvió la mirada y pareció meditar sobre lo que le había dicho
Mina. Estuvo varios segundos pensativo hasta que, al fin, levantó de
nuevo la mirada.
-Yo
no puedo tomar esta decisión. Solo puedo traspasársela a mi
gobierno. Y necesitarán algún tiempo antes de decidirse por una
respuesta.
-Es
comprensible. Hágalo Talok. Mientras tanto nosotros abandonaremos la
zona neutral. ¿Le parece que nos veamos de nuevo aquí en
digamos...dos meses?
-Creo
que para entonces podré darle una respuesta.
-Gracias
por escucharnos.
-Ha
sido interesante.
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Picard
entró en su camarote al finalizar su turno, se despojó de la parte
superior de su uniforme y se dejó caer en un sillón.
-Pareces
cansado Jean-Luc.
El
capitán permaneció con los ojos cerrados sin responder a la mujer
que le había hablado desde su cama. Ella se incorporó y cruzó la
habitación con andares felinos, se acercó al mueble donde Picard
guardaba su coñac y sirvió un trago en una copa. Se acercó a él
por detrás y le entregó la copa por encima de su hombro mientras le
besaba en el cuello. Picard bebió un sorbo y su rostro se relajó un
poco. La mujer empezó entonces a masajearle el cuello y los hombros
y poco después Jean-Luc Picard se sentía otro hombre.
-Mi
pequeña Tasha, tú si sabes como relajar a un hombre cansado.
Tasha
Yar rodeó el sillón donde descansaba Picard, se sentó sobre las
rodillas del hombre y rodeó su cuello con los brazos.
-Espero
que no estés muy cansado Jean-Luc, tu pequeña Tasha tiene ganas de
jugar.
El
la besó mientras acariciaba su cuerpo apenas velado por un fino
vestido de seda toliana.
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El
sonido del comunicador despertó a Picard.
-Picard
al habla.
-Siento
despertarlo capitán – dijo el comandante Riker. -Tenemos noticias
del Ares.
-Voy
de inmediato.
Se
vistió y antes de abandonar el camarote deposito un beso en los
labios de su jefa de armamento que continuaba durmiendo plácidamente.
--------------
Tierras
Baldías era una región
del espacio en la frontera entre el Imperio Terrano y la Unión
Cardassiana, lugar de frecuentes tormentas de plasma y anomalías
gravimétricas, por lo que era una zona evitada por el tráfico
comercial de naves espaciales. Sin embargo, había quien conocía
unos pocos pasos seguros por la región. Allí, en un pequeño
planeta sin vida, se encontraba la base secreta de la Alianza
Rebelde. El Libertador llegó al planeta sorteando los torbellinos de
plasma atravesando uno de esos pasos.
Cuando
Mina entró en la base se encontró con que T'Brell le estaba
esperando.
-Bienvenida
capitán.
-Gracias,
capitán. ¿Como va el Justiciero?
-Ya
está operativo al cien por cien. ¿Fue fructífera su reunión con
los romulanos?
-Mejor
de lo que esperaba T'Brell.
-Bien,
le están esperando en comandancia para que presente su informe.
-Vamos
para allá entonces, no les hagamos esperar.
Capítulo
3
Picard
entró en el puente donde le esperaba su primer oficial.
-Informe
número uno.
-Hace
diecinueve horas, el ISS Charles Lindbergh informó de que había
avistado al Ares en el borde de la zona neutral y de que se disponía
a enfrentarse a los rebeldes. No se ha vuelto a saber nada de ellos.
Picard
estudió el informe que le entregó Riker con atención antes de
decidirse.
-Timonel,
introduzca las coordenadas, llévenos hasta allá, warp ocho.
-Warp
ocho capitán, tiempo de llegada diecisiete horas aproximadamente.
-----------
-¿T'Brell,
estas segura de que no quieres llevarte el Libertador? Tiene mucha
más potencia de fuego.
-Te
agradezco la oferta Lars, pero me he acostumbrado al Justiciero. Es
una buena nave y su armamento es suficiente para llevar la misión a
buen término. Además, necesitarás al Libertador si tienes
problemas en tu encuentro con los romulanos.
-Espero
no tenerlos.
La
conversación se vio interrumpida por el sonido del comunicador de
T'Brell.
-Aquí
T'Brell.
-Barclay
al habla. Capitán, todo está a punto para partir.
Reginald
Barclay era uno de los pocos terranos que simpatizaba con la Alianza
Rebelde. Firme defensor de la igualdad entre todas las razas del
imperio, resultó ser un hábil ingeniero y, a pesar de su
hipocondría, un útil elemento para la alianza.
-Voy
de inmediato teniente.
-Buena
suerte -dijo Mina.
-Gracias,
pero los vulcanos no creemos en la suerte.
-Lo
se, pero buena suerte igualmente.
T'Brell
asintió con la cabeza y se marchó sin pronunciar otra palabra. Mina
la observó hasta que desapareció de su vista y se dirigió hacia el
mirador para ver partir al Justiciero.
--------------
El
Enterprise salió de warp a corta distancia de la zona neutral
romulana, justo en el lugar donde pocas horas antes había estado el
Charles Lindbergh
-Informen
-ordenó Picard.
-Los
sensores no detectan ninguna nave en la zona capitán.
-Sigan
escaneando, hasta el límite de los sensores. Busquen restos,
desperdicios, cualquier cosa que pueda darnos una pista.
Picard
se puso en pie y recorrió todo el puente, viendo como sus hombres se
afanaban en encontrar alguna pista. Finalmente se dirigió al oficial
de comunicaciones.
-Comuníqueme
con comandancia. Páseme la llamada a mi despacho cuando contacte. El
puente es suyo señor Riker.
Sin
esperar respuesta de su primer oficial Picard entró en su despacho.
Se
sentó tras su escritorio y pensó en lo que se había encontrado,
que no era para nada lo que esperaba. El creía que se encontraría
con los restos de una de las naves, tal vez de las dos. Pero en vez
de eso...¡nada!, nada en absoluto, ninguna pista. ¿Qué habría
pasado después del último informe del Lindbergh? Fue al replicador
y encargó un Earl Grey caliente. Se bebió la infusión lentamente
mientras observaba el espacio a través del mirador del despacho.
-------------
-Capitán,
comandancia está respondiendo a nuestra llamada.
-Pásela
a mi despacho.
La
pantalla de su escritorio se iluminó mostrando le imagen de un
hombre con uniforme de almirante.
-Almirante
Queen, tiene buen aspecto señor.
-Gracias
Jean-Luc. ¿Qué has encontrado?
-Absolutamente
nada. Ni rastro de ninguna de las dos naves almirante.
-Ya
veo.
-No
parece sorprendido señor.
-El
caso va de mal en peor Jean-Luc. Hace siete horas la colonia penal
para alienígenas disidentes de Tántalus 5 ha sido atacada por una
nave de guerra. Todos los prisioneros han sido liberados y
transportados a esa nave.
-¿El
Ares?
-No,
el Charles Lindbergh.
-¿Me
está diciendo que ahora tienen dos naves?
-Así
parece. Quiero que lleves al Enterprise a Tántalus 5. A ver que
puedes averiguar.
-Partiremos
de inmediato señor.
-Envíame
un informe cuando hayas investigado la colonia. Buena suerte capitán.
Queen
cortó la comunicación en ese punto.
-Maldita
sea -pensó -tal vez no sea tan descabellado enviar al Enterprise
tras esos insurgentes. ¿Cual será su próximo movimiento?
------------
En
la base rebelde, el Justiciero fue recibido con vítores y aplausos.
Casi ochocientas personas procedentes de todo el cuadrante, afines a
la causa, habían sido liberadas y la gran mayoría estaban más que
dispuestos a alistarse.
-Buen
trabajo T'Brell.
-Gracias
Lars, pero no ha sido muy difícil. La dotación de la colonia no era
muy numerosa, además, no estaban enterados de que la nave pertenece
ahora a la alianza. Creían que era una visita de inspección.
-No
te restes méritos. Lo has hecho muy bien capitán.
Capítulo
4
Picard
observaba Tántalus 5 desde el mirador de su despacho cuando sonó su
comunicador.
-Diga.
-Capitán,
el alcaide Hatchinsson acaba de teletransportarse a bordo.
-Traiganle
a mi despacho enseguida.
Hatchinsson
era un hombrecillo menudo y flaco, evidentemente tenía más de
funcionario que de soldado, lo cual no era extraño dado su trabajo.
-Siéntese
señor Hatchinsson. Acabo de leerme su informe por enésima vez.
¿Tiene algo que añadir al mismo?
-Nada,
capitán.
-Para
empezar, ¿como es posible que esa nave entrara en la atmósfera?
¿Porqué retiraron la cúpula defensiva?
-Era
una nave imperial. Nos dijeron que venían por una inspección.
-¿Y
usted les creyó sin más? ¿No se supone que tenía que estar
avisado de esa inspección?
-No
si se trataba de una inspección sorpresa. Son muy habituales.
-¿Como
de habituales?
-Se
sorprendería.
Picard
hizo un gesto de disgusto. El hombre tenía razón, él mismo había
llevado a cabo más de una de esas inspecciones sorpresa.
-Está
bien, puede retirarse. Vuelva a su puesto y espere instrucciones.
Hatchinsson
salió del despacho dejando a Picard solo y pensativo.
La
jugada de liberar a los rebeldes atacando la colonia penal había
sido arriesgada y bien planificada. No, no estaba enfrentándose a
una banda de revoltosos. Eran un grupo bien organizado y numeroso.
Seguramente, incluso tenían espías infiltrados en la flota. Pero lo
que más le intrigaba era la visita del Ares a la zona neutral. ¿Qué
diablos buscaban allí?
-Atención
señor Riker.
-¿Capitán?
-¿Esta
todo el personal de la colonia penal en la instalación?
-Afirmativo.
-Bien,
dispare dos torpedos de fotón contra ese antro y llévenos de vuelta
a la zona neutral, seguiremos allí con nuestra búsqueda.
-A
la orden señor.
--------------
Mina
Lars y Jadzia Dax se pararon frente a la puerta de un ascensor.
-Deja
de tocarte la prótesis de la nariz o la estropearás.
Lars
emitió un gruñido ante esas palabras.
-Me
pica.
-Pues
te aguantas. ¿Has visto alguna vez un bajorano vistiendo un uniforme
de oficial? Esa prótesis es ahora mucho mejor que un sistema de
ocultación. Además, ¿crees que a mi me hace mucha gracia que hayan
ocultado mis manchas?
-Supongo
que no.
Jadzia,
la bella trill unida al simbionte Dax, llevaba siete años trabajando
para la Alianza Rebelde y esta no era la primera vez que se había
infiltrado en territorio enemigo.
-¿Y
si alguien nos pregunta quienes somos y que hacemos aquí?
La
puerta del ascensor se abrió y Jadzia esperó a responder a que
estuvieran dentro.
-En
este lugar continuamente está entrando y saliendo gente. Es muy
normal para los trabajadores de este astillero cruzarse con gente que
no han visto antes. Tu solo actúa como si tuvieras que estar aquí y
no tendremos problemas.
-Si
tú lo dices...
Cuando
llegaron a la planta que les interesaba, salieron del ascensor y
empezaron a recorrer los interminables pasillos de los Astilleros
Antares.
-Dax,
¿puedo hacerte una pregunta personal?
-Puedes,
pero no te prometo que la conteste.
-¿Qué
edad tienes? Y no me refiero a Jadzia.
-Trescientos
treinta y uno.
-Y
en todo ese tiempo...¿Conociste alguna vez a Norn?
-¿Norn?
Claro, somos amigos desde hace mucho. Lo último que supe de él es
que fue obligado a unirse a un terrano. No se como salió el
experimento.
-Salió
bien. El era el primer oficial del Ares.
Jadzia
la miró a los ojos y pudo ver en ellos toda la historia oculta tras
sus preguntas.
-¡Oh,
pobrecilla! -dijo abrazándola. -Tú le querías, ¿verdad?
-Eso
no importa ahora, tenemos trabajo que hacer, y ya hemos llegado a
nuestro destino.
A
través de los ventanales de la gran sala en la que se encontraban,
podía verse la pequeña pero dura nave experimental “Defiant”.
-Nunca
verás tanta fuerza de ataque concentrada en una nave tan pequeña
-dijo Jadzia.
-Es
una monstruosidad.
-Tal
vez, pero si todo sale bien, ese pequeño monstruo será nuestro.
Prepárate porque los nuestros deberían llegar ya.
Nada
más pronunciar esas palabras, todo el complejo empezó a
zarandearse, las alarmas sonaron por todos los pasillos y la gente
empezó a correr de un lado para otro.
-Es
el momento, vamos.
Lars
y Jadzia se lanzaron a toda velocidad hacia la puerta de atraque del
Defiant.
--------------
Glem
dirigía el ataque desde el Libertador, acompañado de cuatro viejos
navíos de guerra andorianos de dos siglos de antigüedad. Eran
reliquias de tiempos mejores, antes de que Andoria cayera bajo la
bota del Imperio Terrano. Estos solo harían una pasada y volverían
a entrar en warp de inmediato. Solo tenían que causar mucho alboroto
para que todos en Antares se centraran en las defensas del astillero.
Eso les daría a Lars y a Jadzia la oportunidad de hacerse con la
nave experimental. Observó como las viejas naves construidas en su
mundo natal desaparecían una tras otra al entrar en warp, disparó
un par de andanadas más, esperó a que el Defiant se uniera a ellos
y ambas naves desaparecieron en un estallido warp.
Todo
sucedió tan rápido y de modo tan inesperado que en Antares no
descubrieron la desaparición del Defiant hasta casi una hora más
tarde.
-----------
-¿Qué
cree que buscaban en la zona neutral Riker?
-Contactar
con los romulanos, claro.
-Eso
es evidente. Pero...¿Para qué?
-¿Asilo
político?
-Ridículo.
No se habrían tomado la molestia de capturar dos naves de guerra.
Robar unos cargueros habría sido más sencillo.
-Bueno
tal vez la pregunta adecuada sea...¿Porqué los romulanos? ¿Porqué
no los klingon o los cardasianos? ¿Qué pueden ofrecerles ellos que
no puedan ofrecer los otros?
Picard
se puso en pie como impulsado por un resorte.
-¡Oh,
mierda, eso es...!
---------------------------
Capítulo
5
El
ISS Enterprise se encontraba de nuevo patrullando la zona neutral
cuando Picard recibió un nuevo comunicado de la comandancia.
-Almirante
Queen. Señor, seguimos peinando la zona, pero...
-Olvídate
de la zona neutral Jean-Luc. Esos rebeldes son cada vez más osados.
-¿Qué
han hecho esta vez?
-¿Puedes
creerlo? Han atacado los Astilleros Antares. Han causado varios daños
en nueve naves y por si fuera poco se han hecho con el Defiant.
-¿El
nuevo prototipo experimental?
-Debes
llevar al Enterprise a Antares, allí te reunirás con el Voyager. Te
pondrás a las órdenes de la capitán Janeway.
-¿Como?
El Enterprise es la nave insignia de la flota. No pienso supeditarme
a esa advenediza de...
-Jean-Luc,
el emperador no está muy satisfecho con tu falta de resultados, te
aconsejo por tu bien que hagas lo que se te ordena, y se amable con
Janeway.
-Está
bien, pero volveremos a hablar de esto.
Picard
cortó la comunicación de golpe y asestó un fuerte puñetazo al
monitor, que salió despedido para estrellarse en la pared más
próxima.
-----------
Will Riker estaba repasando los informes sobre los últimos
movimientos de los rebeldes. Los había leído ya varias veces, pero
en ese momento, no tenía nada mejor que hacer. Entonces se percató
de algo que antes se le había escapado. Tal vez se equivocaba, pero
su intuición nunca le había fallado en otras ocasiones parecidas.
Lo recogió todo y se dirigió al despacho de Picard.
-¿Qué
ha encontrado señor Riker?
Picard
seguía furioso, tener que someterse a Janeway era como un insulto
para él. Riker pensó que, tal vez, su descubrimiento, aunque sería
mejor llamarlo su teoría, le animaría un poco.
-Verá
capitán es solo una teoría, una intuición, pero creo saber donde
se esconden los rebeldes.
-Veamos
lo que tiene.
-Mire,
primero se abastecen de personal en una luna del sistema Bajor, luego
atacan la colonia penal de Tántalus 5 y finalmente atacan Astilleros
Antares. Todos estos lugares tienen algo en común.
-Se
encuentran en el Sector Bajor -dijo Picard.
-Así
es. Por lo que creo que su base secreta está cercana a ese sector. Y
cerca del Sector Bajor hay un lugar perfecto para esconderse.
-¡Tierras
Baldías! Riker, creo que ha acertado. Comuníqueme con comandancia.
Y ponga rumbo a Bajor de inmediato, a warp máximo.
----------------
Cuando
Riker entró en la taberna todos los presentes le miraron con
hostilidad, pero ninguno de ellos se atrevió ni tan solo a
levantarle la voz. Se sentó en una de las mesas, pidió una bebida y
esperó.
Llevaba
dos semanas dando vueltas por los tugurios de la capital, haciendo
preguntas y recibiendo solo evasivas como respuesta. Pero esa mañana
le llegó una nota anónima de alguien que decía poder llevarle
hasta los rebeldes. Le había citado en la taberna donde ahora se
encontraba. Estaba a punto de marcharse, pensando que le habían
tomado el pelo cuando un encapuchado se sentó frente a él.
-¿Comandante
Riker?
-Yo
mismo. ¿Quién es usted?
El
otro se sacó la capucha y Riker pudo ver que era un andoriano.
-Me
llamo Glem, comandante. Tengo entendido que desea hacerle una visita
a la Alianza Rebelde.
-Su
información es correcta.
-Bien,
yo puedo llevarle...por un precio.
-¿Cuanto?
-Directo
al asunto, me gusta. Pero no es dinero lo que quiero.
-Dígame
su precio.
-Mi
esposa, Reana, lleva dos años encarcelada en alguna de sus colonias
penales, quiero que la encuentre y la libere.
-Si
su información resulta ser cierta será liberada, pero primero
deberá llevarnos a esa base oculta.
-Está
bien, supongo que es la mejor oferta que puedo esperar de usted.
Tenemos un trato comandante.
-No
tan deprisa. Primero dígame como tiene usted esa información.
-Soy
contrabandista comandante. En un par de ocasiones les he llevado
suministros.
-De
acuerdo, venga conmigo, nos transportaremos al Enterprise de
inmediato.
-Nada
de eso comandante. Prefiero tomar mis precauciones. Yo iré en mi
carguero y ustedes me seguirán.
-Negativo.
Un carguero es demasiado lento. Usted embarcará en el Enterprise y
nos guiará.
-¡En
fin! Otra vez será -dijo Glem mientras se levantaba con la clara
intención de marcharse.
-Quieto
ahí amigo -respondió Riker echando mano de su phaser.
-Yo
no haría eso comandante. Tengo a tres amigos apuntando a su fea
cabeza y le aseguro que nadie aquí pedirá explicaciones si se la
vuelan.
Riker
guardó el phaser.
-Está
bien Glem. Lo haremos a su modo.
-Sabía
que llegaríamos a un acuerdo. Dentro de tres horas, en la órbita
del planeta, en la vertical de la capital.
Dicho
esto, volvió a colocarse la capucha y abandonó el local.
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-Supongo,
capitán Janeway, que ya habrá recibido el cambio de órdenes dijo
Picard con una sonrisa sarcástica dibujada en su rostro.
-Así
es señor. Debo ponerme bajo sus órdenes durante la incursión en
Tierras Baldías. Pero si esta expedición fracasa, volveremos a las
órdenes originales.
-No
fracasaremos. Ahora vuelva al Voyager y espere instrucciones.
Janeway
se retiró y volvió a su nave que estaba estacionada junto al
Enterprise en la órbita de Bajor. Tres horas después ambas naves
abandonaban la órbita escoltando a un viejo carguero andoriano.
-Deberá
tener un poco de paciencia capitán Picard. Mi vieja “Nelly” solo
alcanza warp 4.
-No
intente ninguna jugarreta Glem -respondió Picard mirando furioso a
la imagen del andoriano que ocupaba la pantalla principal.
-Cumpliré
con mi parte del trato, espero que ustedes también cumplan la suya.
Picard
cortó la comunicación sin responder.
-¿Seguro
que ese alien es fiable Riker?
-Todo
lo fiable que puede ser un contrabandista señor. Pero no tenemos
muchas opciones.
-No,
supongo que no.
--------------
Capítulo
6
El
carguero andoriano maniobraba entre las anomalías gravimétricas
seguido de cerca por el Enterprise y el Voyager que imitaban sus
maniobras.
-¿Falta
mucho para llegar Glem?
-Tranquilo
capitán Picard. ¿Qué prisa tiene?
-Responda
a la pregunta.
-Es
difícil de decir capitán. La ruta varía ligeramente cada vez. Esos
torbellinos de plasma no están fijos en un lugar... Está
bien...está bien, a este ritmo llegaremos en menos de una hora.
Finalmente
llegaron a una zona despejada, donde brillaba una estrella con un
único planeta orbitando en torno a ella.
-Ahí
lo tiene capitán -dijo Glem.
-Capitán,
detectamos varias construcciones en el continente norte de ese
planeta.
-¿Formas
de vida?
-No
se aprecian formas de vida capitán. Pero los sensores no funcionan
muy bien en las cercanías de esas anomalías.
-Está
bien. Que todos los grupos de asalto de ambas naves desciendan al
planeta y tomen posesión de esas instalaciones. Disparen a
discreción, tomen prisioneros solo a los principales cabecillas.
Las
órdenes fueron ejecutadas a la perfección. 600 comandos del
Enterprise y 400 del Voyager, a las órdenes de la teniente Yar,
fueron materializándose en la superficie a 10 kilómetros del
complejo.
-Bueno
capitán -dijo Glem -yo ya les he traído hasta aquí. Ahora les toca
a ustedes llamar a la puerta. Yo he cumplido con lo mio, ya no tengo
nada que hacer aquí. Me voy, no quiero que mis amigos de la alianza
descubran que les he traicionado.
El
carguero empezó a maniobrar para dar la vuelta.
-Detengan
a ese trasto -dijo Riker.
-Déjelo
-intervino Picard. -Ya tenemos lo que queríamos.
La
nave andoriana desapareció entre los torbellinos de plasma.
-Teniente
Yar, informe.
-Estamos
dentro capitán. Esto parece que ha sido abandonado hace poco. Hay
algunos muebles, varias computadoras obsoletas, pero ningún signo de
vida.
-No
se fie Tasha. Sigan con la incursión.
Las
tropas de asalto siguieron penetrando más y más en la instalación
hasta que el grupo de cabeza entró en una gran sala vacía excepto
por una mesa que ocupaba el centro exacto de la misma. Tasha Yar se
acercó a la mesa y pudo ver un pad encima de ella. Junto a él había
una nota manuscrita, Yar la leyó: “A la atención de nuestros
amigos imperiales.” Hizo una bola con el papel y la lanzó a un
extremo de la sala, después cogió el pad y lo activó. El rostro de
una mujer bajorana apareció en la pantalla.
-Saludos,
señores imperiales -dijo. -Si estáis viendo esta grabación
significa que nos hemos marchado a otra parte. Pero para que veáis
que nos acordamos de vosotros os hemos dejado un regalito. La imagen
de la bajorana desapareció siendo sustituida por un número 6. El 6
cambió a 5 y Tasha lanzó el pad por los aires.
-¡Todo
el mundo fuera, esto va a explotar!
Desde
le órbita del planeta, los tripulantes del Enterprise y del Voyager,
pudieron observar las múltiples explosiones que se formaron por todo
el complejo.
--------------
-Otro
duro golpe para el imperio.
-Así
es almirante Tuvok -respondió Lars. ¿De verdad cree que es una
buena idea permanecer aquí?
-Nunca
se les ocurrirá buscarnos dos veces en el mismo sitio. Estas
instalaciones subterráneas están ahora bien ocultas por las ruinas
de la superficie. El plan de Glem ha sido un éxito. Jamás
sospecharán que ha sido la misma alianza quien les facilitó la
localización de nuestra supuesta base secreta.
-¿Cuál
es el siguiente paso almirante?
-Estamos
en ello capitán Mina. Mientras, tendrán ustedes tiempo de
descansar. Se lo han ganado.
---------------
Picard
estaba en su camarote vaciando una botella de brandy sauriano cuando
Riker entró acompañado de dos hombres de seguridad. Adivinó el
motivo de la visita y permaneció en silencio mientras seguía
apurando la botella.
-Acaba
de llegar un comunicado de comandancia de la flota. Órdenes directas
del emperador. Debo arrestarle y llevarle de vuelta a la Tierra,
donde será ejecutado públicamente.
-Y
naturalmente, usted queda al mando del Enterprise.
-Así
es señor.
-Bien,
será un buen capitán. ¿Qué hay de Janeway?
-Está
arrestada en el Voyager. Su primer oficial, el comandante Kim, está
ahora al mando.
-¿Puedo
llevarme la botella al calabozo capitán Riker?
-Concedido.
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Riker
estaba en el puente del Enterprise cuando le llegó el informe que
estaba esperando. No había ninguna andoriana llamada Reana en
ninguna de las colonias penales del imperio. El tal Glem, si es que
se llamaba realmente así, les había engañado desde el principio.
Bien,
eso era agua pasada. Comandancia le había concedido su petición de
seguir con su investigación en el sistema Bajor. Ahora, con Picard a
bordo del Voyager, camino a la Tierra donde se enfrentaría a su
destino junto a Janeway, Riker esperaba triunfar donde el que había
sido su superior había fracasado.
Lo
bueno era que ahora sabía que no se había equivocado. La base de la
alianza estaba donde él creía, por eso sus superiores le
permitieron seguir con la investigación. Lo malo era que los
rebeldes habían abandonado dicha base. Esperaba encontrar alguna
pista de su nueva ubicación husmeando en el sistema Bajor.
-Comandante
La Forge, estaré en mi despacho, el puente es suyo.
-A
la orden capitán -respondió su flamante primer oficial.
Riker
entró en el despacho, se sirvió una copa del surtido bar de Picard
y se puso a estudiar por enésima vez los informes de la misión.
Frente
a él estaban las fichas de Mina Lars, T'Brell y Beratis. Las estudió
detenidamente con la esperanza de conocer así mejor a su enemigo. No
cabía duda de que las dos mujeres fueron los cerebros tras el motín
del Ares y que Beratis y los suyos fueron el brazo ejecutor. Nunca se
había sentido a gusto con el hecho de que aceptaran alienígenas en
las naves de guerra imperiales. Los hechos le habían dado la razón.
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Capítulo
7
-Ese
trasto tiene tanta potencia de fuego como el Libertador y el
Justiciero juntos -dijo Lars observando al Defiant desde las ventanas
del despacho de Tuvok.
-Así
es. Pero ese es también su punto débil. Si se intenta aplicar todo
su potencial, los sistemas se sobrecargan y la nave se autodestruye.
Ese es el problema de los imperiales, siempre quieren abarcar
demasiado.
-Pero
nuestros ingenieros están trabajando para solucionar ese problema.
Tal vez tengamos éxito donde el imperio a fracasado.
-No
adelantemos acontecimientos, capitán Mina.
-¿Sabemos
algo de T'Brell, Almirante?
-Su
último informe decía que iba a encontrarse con ese contrabandista
klingon.
-¿Donde?
-Cerca
de la frontera klingon.
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El
Justiciero se encontraba en paro total muy cerca de la frontera con
el Imperio Klingon. En el puente de mando, T'Brell empezaba a
impacientarse cuando el oficial de OPS anunció.
-Una
nave saliendo de warp capitán, es klingon.
-Contacte.
En
la pantalla principal apareció el rostro de un guerrero klingon.
-Soy
Worf. ¿Es usted T'Brell?
T'Brell
había estado en contacto con Worf a través de intermediarios. Esta
era la primera vez que se encontraban en persona, y seguramente sería
la última.
-Soy
T'Brell. Le esperábamos hace cinco horas.
-He
tenido que esquivar una patrulla del imperio. ¿Trae el pago
convenido?
-Lo
traigo. ¿Puedo ver la mercancía?
-Están
en órbita de una luna cercana. Si echa un vistazo a su pantalla
secundaria podrá verlas.
T'Brell
observó el monitor y lo que vio no le gusto demasiado.
-Quedamos
en que traería seis, ahí solo veo tres.
-No
es fácil conseguir y mover esa clase de mercancía, tendrá que
conformarse. ¿O acaso cree que está siendo engañada?
-No
dudo de su honorabilidad Worf, pero solo trae el cincuenta por ciento
del producto. Le pagaré la mitad de lo convenido.
-Inadmisible.
El ochenta por ciento sería un trato más justo.
-El
setenta. Es mi última oferta.
-De
acuerdo. Le envío las coordenadas de la luna.
-Recibidas.
Ya tiene en su almacén el pago convenido.
-Un
placer hacer negocios con usted vulcana.
-Lo
mismo digo.
Worf
cortó la comunicación y su nave desapareció en un estallido warp.
-Timonel,
ponga rumbo a esas coordenadas. Veamos de cerca lo que nos ha traído
ese contrabandista.
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Picard
estaba de pie sobre el cadalso, a su lado se encontraba Janeway que,
como él, ya tenía una soga rodeando su cuello.
El
juez se puso en pie para pronunciar la sentencia.
-Jean-Luc
Picard, Katheryn Janeway, se les sentencia a morir en la horca por
negligencia en el cumplimiento del deber en el asalto a la base de
los rebeldes, causando la muerte de mil soldados del imperio.
Jean-Luc Picard ¿Tiene algo que decir?
Picard
se limitó a negar con la cabeza.
-Katheryn
Janeway ¿Tiene algo que decir?
-Soy
inocente. Solo cumplía sus órdenes -dijo mirando a Picard.
-Irrelevante.
Como segundo al mando podía haber detenido las acciones de Picard y
optar por un plan alternativo.
-Vamos
Kathy, alegra esa cara -dijo Picard. -Somos las estrellas del
espectáculo. Y el pueblo siempre agradece un buen espectáculo.
Janeway
no tubo tiempo de responder a ese comentario. En ese momento, el juez
hizo una señal al verdugo y la trampilla que tenía bajo los pies se
abrió de golpe.
----------------
Tuvok
y Mina estaban viendo la ejecución a través de un monitor de TV. La
emisión era de visionado obligatorio en todo el Imperio Terrano.
-Si
seguimos haciendo tan bien nuestro trabajo pronto se quedarán sin
capitanes -dijo Mina.
-Ojalá
fuera así de fácil.
-¿Sabemos
algo de T'Brell?
-Está
de vuelta con las nuevas adquisiciones. Dice que intentará ponerlas
a prueba por el camino.
-Bien,
ese ataque seguro que desorientará a los imperiales.
-¿Todo
a punto para su partida capitán Mina?
-Afirmativo
señor. Partimos en una hora.
-Entonces
no le entretengo más. Buen viaje capitán.
Mina
Lars se retiró y se dirigió al Libertador. Ojalá que los romulanos
aceptaran su propuesta. Esos dispositivos de ocultación serían muy
útiles a la hora de enfrentarse a las naves del imperio. Cuando
entró en el puente de mando de su nave escuchó los informes de las
distintas secciones. Todo estaba a punto para la marcha.
-Señor
Ren, introduzca las coordenadas de la zona neutral.
-Introduciendo
coordenadas...hecho capitán.
-Llévenos
hacia allá señor Ren, warp cinco.
----------------
Mientras,
Tuvok recibía un informe secreto de su informador en la flota
terrana.
-Esto
es muy interesante -pensó. -Si lo hacemos bien podría ser un golpe
definitivo para el imperio. Pero de momento no diré nada. Esperemos
a que Mina y T'Brell acaben con lo que tienen entre manos.
Dependiendo de los resultados veremos que podemos hacer con esta
información.
Se
acercó a la ventana desde donde podía verse el hangar donde
reposaba el Defiant.
-Pilotar
esa nave es como manejar una caja de bombas. Espero que nuestros
ingenieros puedan hacerla más segura.
--------------
Will
Riker también vio la ejecución por el monitor de su despacho. En
parte lamentaba la muerte de Picard, había llegado a admirar a ese
hombre, pero su caída en desgracia le había permitido ascender y
ahora él era el capitán del Enterprise. No sería fácil mantenerse
en el puesto, todo dependía de que encontrase la localización de la
base rebelde. No sería tarea fácil encontrarla en una galaxia tan
grande.
-Dígame
La Forge ¿Cual es mejor método de esconder algo?
-Se
dice que dejándolo a la vista.
-Demasiado
arriesgado. Alguien que supiera exactamente lo que busca podría
hallarlo. Vamos, piense, usted tiene algo que yo estoy buscando.
¿Donde lo esconde?
-Bueno,
si usted ya lleva un tiempo buscando ese objeto, lo escondería en
algún lugar que ya hubiese revisado.
Riker
se quedó tenso en el asiento mientras su cerebro procesaba la
respuesta de su primer oficial.
-Geordi,
es usted un genio. Ponga rumbo a Tierras Baldías. Vamos a revisar lo
revisado.
Capítulo
8
El
Libertador salió de warp justo al límite de la zona neutral.
-Todos
lo sensores abiertos -dijo la capitán Mina. -Levanten escudos, paro
total.
-¿Cree
que vendrán? -preguntó Glem.
-Eso
espero comandante.
-Capitán,
una nave desocultándose frente a nosotros.
-Esos
romulanos siempre tan puntuales.
-Nos
llaman.
-En
pantalla.
-Saludos
capitán Mina.
-Saludos
capitán Talok. Espero que sea portador de buenas noticias.
-Mejores
de lo que yo esperaba. Han llamado ustedes la atención en el senado
de Rómulo.
-¿Entonces
nos darán esa tecnología?
-Estoy
autorizado a entregarles tres dispositivos de ocultación. No esperen
más ayuda por parte de mi gobierno.
-Tres
es mejor que nada capitán. Transmita a Rómulo el agradecimiento de
la Alianza Rebelde.
-La
mayor Belta subirá a bordo con los dispositivos para instruirles en
su instalación.
-Será
bien recibida.
-Transmita
mis felicitaciones a la alianza. Hemos seguido sus evoluciones con
mucho interés.
-Si,
ya imaginaba que lo harían. Espero que les hayamos impresionado.
-Así
a sido. Y es difícil impresionar a un romulano.
-----------
Veinte
horas más tarde la asesora romulana se disponía a volver a su nave.
-Mayor
Belta, gracias por asesorarnos. Su experiencia nos a sido muy útil.
-Solo
cumplía órdenes capitán Mina. El Libertador ya esta equipado con
su dispositivo y ya saben como instalar los otros dos. Es hora de que
regrese.
-Le
acompaño.
Mina
acompañó a la romulana hasta la sala del transportador y ella misma
accionó los mandos. Luego regresó al puente y se acercó al joven
piloto ferengui.
-Vámonos
de aquí señor Ren. Warp 7.
Ren
manejó el timón con su pericia habitual y poco después el
Libertador desaparecía en un estallido warp.
-Y
ahora vamos a inspeccionar a fondo esos dispositivos de ocultación.
Solo por si acaso. No pienso fiarme de esos romulanos. Son muy
sibilinos.
---------------
-Capitán,
ha llegado un nuevo informe de comandancia.
Riker
se volvió hacia su oficial de comunicaciones.
-¿Qué
novedades hay?
-Al
parecer, hace unas diez horas, tres cruceros de ataque klingon clase
Vor'cha, han atacado al Potenkim a dos años luz de distancia de la
frontera. El capitán Boavista ha preferido activar la
autodestrucción antes que rendir la nave como pretendían los
atacantes.
-¿Ahora
también nos atacan los klingon?
-No
señor, las Vor'cha estaban tripuladas por rebeldes.
-Maldita
sea. ¿De donde diablos las han sacado?
-Se
desconoce señor.
Riker
cerró los ojos y contó mentalmente hasta diez para no estallar.
¿Como iba a ganar esta guerra si sus tripulantes ni tan solo podían
reconocer una pregunta retórica cuando la oían.
Dos
horas más tarde el Enterprise salía de warp al borde de la región
conocida como Tierras Baldías.
-Timonel.
¿Recuerda la ruta que seguimos la otra vez?
-La
computadora trazó un mapa mientras la recorríamos señor, solo
tengo que seguirlo.
-Adelante.
-Señor,
hay una nave desocultándose frente a nosotros.
El
Libertador apareció de la nada disparando sus phasers y torpedos
fotón alcanzando de lleno a un Enterprise totalmente desprevenido.
-Maldita
sea -gritó Riker. -Maniobra evasiva Delta. Levanten escudos. Fuego a
discreción.
Lo
sorpresivo del ataque dio una ventaja inicial al Libertador, pero la
veteranía de Riker y su tripulación fue nivelando la lucha a medida
que ambas naves intercambiaban disparos.
Riker empezaba a darle la vuelta a la situación cuando de repente,
el Defiant salió del caos energético de Tierras Baldías vomitando
muerte a través de sus cañones phaser. El Enterprise no pudo
escapar del ataque combinado de las dos naves rebeldes y poco después
estallaba en miles de pedazos.
A
bordo del Libertador, la capitán Mina sonreía al conocido rostro
que la saludaba desde la pantalla principal.
-Bienvenida
capitán Mina. Parece que hemos llegado justo a tiempo.
-Nunca
nadie ha sido tan oportuno capitán Beratis. Creía que no le gustaba
estar al mando.
-Por
nada de la galaxia me perdería gobernar esta preciosidad capitán
Mina.
-Ya
veo. Le sienta como un guante.
-¿Volvemos
a casa?
-Después
de usted.
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Horas
después del enfrentamiento del Libertador con el Enterprise, toda la
base rebelde se asomaba a los hangares para ver aterrizar al
Justiciero acompañado por los tres cruceros de ataque klingons.
-Bien,
ahora que ya estamos todos, tendremos que empezar a pensar en otra
localización para nuestra base -dijo Tuvok.
-¿Cree
que el Enterprise consiguió enviar un mensaje con nuestra posición?
-No
lo se T'Brell. Pero más vale asegurarse.
-Creo
que tengo una idea -intervino Mina. -Podemos seguir con la misma
estrategia y escondernos en algún lugar donde ya nos hayan buscado.
-¿Tiene
alguna sugerencia?
-La
tengo.
--------------
Después
de la destrucción del Enterprise, el emperador estaba realmente
furioso y decidió implicarse de forma más personal en el asunto de
los rebeldes. En ese momento tenía frente a él a uno de los más
renombrados capitanes de su flota.
-No
pienso tolerar más retrasos -dijo. -Ya ha visto lo que les ha pasado
a Picard y a Janeway. Si no quiere que le pase lo mismo a usted y a
su familia, tráigame a los cabecillas de esta rebelión, vivos o
muertos. Tiene usted carta blanca. ¿A quedado claro capitán?
-Claro
como el agua majestad.
-Bien,
retírese. Y recuerde, quiero resultados. ¡Ya!
Benjamín
Sisko tragó saliva, se inclinó en señal de respeto y abandonó la
sala de audiencias. Fuera le esperaba el almirante Queen.
-Lo
siento Ben. Yo no quería meterte en este embrollo, se que tienes
familia. Pero el emperador te señalo a ti para arreglar este lio.
-Comprendo.
Lo haré lo mejor que pueda almirante.
-Mucha
suerte capitán.
-Gracias,
la necesitaré.
--------------------
Capítulo
9
La
construcción de la nueva base rebelde en Tántalus 5 requirió poco
tiempo. Los rebeldes aprovecharon las estructuras subterráneas de la
antigua colonia penal, que habían sufrido pocos daños. Tras unas
pocas reformas el antiguo recinto penitenciario quedó perfecto.
En
el espacio habilitado como sala de conferencias se habían reunido el
estado mayor de la alianza y las tripulaciones de las seis naves con
las que contaban. Completaban el público asistente otros miembros de
la alianza cuya función era coordinar los movimientos de los
rebeldes desde la base. Todos los asistentes se preguntaban porque se
les había convocado a esa reunión, pues nadie fue informado del
motivo de la misma.
Todos
los murmullos se acallaron al entrar en el estrado el almirante
Tuvok, que se situó frente un atril.
-Señoras
y señores, gracias por su asistencia a esta reunión. Antes de
abordar el tema que nos a traído hasta aquí, quiero hacer mención
de los capitanes Mina, T'Brell y Beratis. Gracias a ellos, disponemos
ahora de nuestra pequeña flota, por no hablar de los dispositivos de
ocultación romulanos. Pido por favor un fuerte aplauso para ellos.
Todos
los asistentes se pusieron en pie para aplaudir a los aludidos hasta
que a un gesto de Tuvok se impuso nuevamente el silencio.
-Bien,
ahora pasemos al tema que nos ocupa.
------------------
Benjamín
Sisko estaba en su despacho, a bordo del ISS Executor, repasando los
informes de Picard, Janeway y Riker. Él debía triunfar donde los
otros habían fracasado, estaba en juego su vida y la de su familia.
Decidió empezar en el sector Bajor, donde la actividad rebelde era
más intensa. ¿Y qué mejor lugar que el planeta que daba nombre al
sector?
La
voz de su primer oficial sonó a través de su comunicador.
-Capitán,
estamos a punto de salir de warp.
-Gracias
comandante.
Sisko
dejó los informes sobre la mesa y se dirigió al puente.
En
la pantalla principal las lineas cinéticas de las estrellas se
convirtieron en puntos estáticos de luz al abandonar la nave la
velocidad warp. En el centro exacto de la pantalla podía verse el
planeta Bajor. Sisko lo encontró extrañamente hermoso.
-Comandante,
que todos nuestras tropas desciendan sobre las principales ciudades
del planeta. Que se coordinen con las autoridades locales y que hagan
incursiones en los puntos más conflictivos. Ya sabe, lugares donde
se concentre el hampa local, locales de reunión de contrabandistas,
asociaciones alienígenas, todo eso. Que efectúen detenciones
indiscriminadas y organicen ejecuciones al azar en todas las
ciudades. Difunda un boletín informativo que diga que cualquier
información que nos lleve a los rebeldes será generosamente
recompensada. Que nuestras tropas actúen con la máxima dureza, sin
piedad. ¿Queda claro?
-Si
capitán.
Sisko
contemplo la pantalla. Era un hermoso planeta, ciertamente. Pero lo
destruiría pedazo a pedazo, si era necesario, para obtener algún
resultado.
-----------
Tuvok
observó a su audiencia por unos segundos antes de continuar.
-Todos
conocen la costumbre del emperador de, una vez cada cinco años,
organizar una gira por todo el imperio, visitando varios planetas
durante la misma. Pues bien, dentro de treinta días el emperador
iniciará dicha gira. En contra de la opinión de sus consejeros no
la suspenderá, a pesar de nuestros recientes ataques. Eso nos da una
oportunidad única. La oportunidad de dar al imperio un golpe
definitivo, la oportunidad de segar su cabeza.
-¿Está
hablando de atacar la comitiva imperial? -pregunto alguien.
-Así
es.
-Eso
es una locura. -terció otro de los asistentes. -¿Ha visto usted al
Imperator? Esa monstruosidad es inexpugnable.
Tuvok
accionó un mando a distancia y la enorme pantalla que había a sus
espaldas se iluminó mostrando diversas imágenes de una nave.
-El
Imperator, la nave personal del emperador. Una monstruosidad, como la
han definido hace un momento, de tres kilómetros de largo.
Construida tomando como base los planos de una nave tipo Sovereign.
Cien cañones phaser y treinta toberas lanzatorpedos. Es como una
pequeña ciudad flotante.
Pero
su enorme tamaño es también su desventaja principal. La superficie
a cubrir es tan grande que sus generadores de escudos no pueden
soportar un ataque continuado por más de diez minutos seguidos.
Tendremos que usar todas nuestras fuerzas, sabemos que hay pocas
probabilidades de éxito, pero no tendremos otra oportunidad como
esta en otros cinco años.
Gracias
a nuestro informador en el palacio imperial, conocemos la ruta de la
comitiva. Uno de los planetas visitados por el emperador será
Vulcano. Allí será donde llevemos a cabo nuestro ataque, en el
momento en que entre en el sistema vulcano. Eso será dentro de
setenta y nueve días.
----------------
Cinco
días después de su llegada, Benjamín Sisko descendía a Bajor. Sus
jefes de escuadrón le estaban esperando.
-Informen.
-No
hay nada capitán. Esta gente o no sabe nada o se niega a hablar. No
sacaremos nada de ellos.
Al
oír esta última frase Sisko sacó su phaser y disparó contra el
hombre que la había pronunciado.
-¿Alguien
más opina como él? ¿No? Pues entonces aumenten el número de
detenciones y ejecuciones. Diezmaré la población de este maldito
planeta si es necesario. Doblen la recompensa por la información.
Alguien tiene que hablar tarde o temprano, por propia voluntad o en
contra.
Mientras
pronunciaba esas palabras, en unas cuevas a las afueras de la
capital, se celebraba una reunión clandestina. Un grupo de valientes
bajoranos preparaba un contragolpe para librarse de las fuerzas de
ocupación de Sisko.
-------------
T'Brell
estaba en el comedor de la base cuando se acercó Barclay con una
bandeja en las manos.
-¿Puedo
sentarme?
-Por
supuesto.
T'Brell
observó como el hombre se sentaba frente a ella y acomodaba los
elementos de la bandeja. Era consciente de que Barclay llevaba un
tiempo ingeniándoselas para pasar el mayor tiempo posible cerca de
ella y aún no sabía muy bien que pensar de ese comportamiento.
-¿Cree
que hay alguna probabilidad de tener éxito en ese ataque? -preguntó
Barclay.
-Las
probabilidades son escasas. Pero por pocas que sean debemos
intentarlo.
-Y
usted está decidida a ello.
-Soy
la capitán del Justiciero. Mi deber es estar en el puente.
-Claro,
claro...Yo...No quisiera ser indiscreto, pero la veo siempre sola.
¿No tiene familia por aquí?
-No
tengo familia.
-¿Pareja?
-No,
no hay nadie.
-Bien...qui-quiero
de-decir lástima.
-Señor
Barclay. ¿Está usted intentando alguna especie de cortejo?
-¿Qué?
¡Oh...no, no!...es decir...S-s-si...Yo...yo...
T'Brell
se levantó y apoyó las manos sobre los hombros del hombre.
-Barclay...Rex,
es usted un buen hombre. Le prometo que cuando todo esto acabe
volveremos a hablar de ello.
Entonces
T'Brell hizo lo que Rex Barclay menos se hubiera imaginado. Se
inclinó y deposito un suave beso en sus labios.
Rex
se quedó mirando a la vulcana con una tonta sonrisa en la cara
mientras ella abandonaba el comedor.
-¡Vaya,
me ha besado! Ella es la mujer más hermosa de la alianza. ¡Y me ha
dado un beso!
-------------------
Capítulo
10
-Capitán,
hay tres naves saliendo de warp. Son klingon señor.
Sisko
se puso en pie.
-Levanten
escudos. Prepárense a responder al fuego.
Los
tres cruceros de ataque rodearon al Executor. Sisko comprendió que
esa era una batalla perdida. Solo le quedaba una jugada.
-Nos
llaman capitán.
-En
pantalla.
La
pantalla principal se iluminó mostrando el rostro de un nausicano.
-Capitán
Sisko, prepárese a rendir su nave.
-Ni
pensarlo. Acabo de enviar un mensaje a mis tropas en tierra. Si
efectúan un solo disparo contra esta nave, aniquilarán a toda la
población de la capital.
-Capitán,
sus tropas han sido derrotadas por la milicia de liberación
bajorana. No nos obligue a destruir su nave.
El
rostro de Sisko reflejó una gran ira.
-No
hace falta que se tomen la molestia caballeros. Lo haré yo mismo.
Computadora, orden de autodestrucción en un minuto. Código: Sisko,
alfa, uno, beta, dos.
Los
tres cruceros de ataque se retiraron a una distancia prudencial y
pudieron ver como el Executor desaparecía en una inmensa explosión.
-------------
El
Imperator salió de warp al borde del sistema boliano. El almirante
Queen estaba en el puente, en la silla de mando.
-Almirante,
hay cuatro naves frente a nosotros, nos estaban esperando. Son viejas
naves de guerra andorianas. Nos atacan señor.
-Levanten
escudos. ¿De verdad piensan que pueden hacer algo con toda esa
chatarra? Fuego a discreción, pulvericen esas antiguallas.
Los
cien cañones phaser del Imperator abrieron fuego contra las viejas
naves que le atacaban disparando a plena potencia.
Las
naves andorianas hicieron una pasada atacando todo el perímetro de
sus escudos. Una de ellas cayó bajo el fuego del Imperator, pero las
otras tres, consiguieron completar el recorrido desapareciendo luego
en un estallido warp.
-¿Qué
ha sido eso? -dijo Queen. -¿Qué creen haber conseguido?
-Capitán
otras naves nos atacan. Tres cruceros de batalla klingons.
Sin
duda son las naves que adquirieron los rebeldes, pensó Queen, pero
¿porqué les atacaban aquí? Su informador le había dicho que el
ataque de los rebeldes tendría lugar en Vulcano.
Los
tres cruceros se separaron y mientras dos de ellos atacaban a los
motores del Imperator el tercero se centró en los generadores de
escudos.
-Maniobras
de evasión. Disparen con todo lo que tengamos.
-Escudos
al noventa por ciento Almirante.
-Acaben
con esas naves de una vez.
Los
cruceros de batalla continuaron valientemente con su ataque a pesar
de los daños que el poder de fuego de la nave imperial les estaba
causando. Al final, la superioridad del Imperator se impuso y uno
tras otro los navíos klingon fueron entrando en warp abandonando el
campo de batalla.
-Informen.
-Escudos
al setenta por ciento almirante. Daños de diversa gravedad en quince
cubiertas.
-Informen
al emperador, debemos abandonar este sistema.
-Almirante,
dos naves desocultándose a babor y a estribor. Corrección, una
tercera lo está haciendo a popa.
El
Libertador, el Justiciero y el Defiant atacaron al Imperator
siguiendo un plan preestablecido. Mientras las otras dos naves
atacaban los motores del Imperator, el Defiant castigaba sus escudos
concentrando toda su potencia de fuego en un solo punto, justo frente
a los ventanales del puente de mando.
A
pesar del desgaste al que ya lo habían sometido las naves andorianas
y klingon, el Imperator resistía sin cesar de disparar con sus cien
cañones phaser.
-Almirante,
mensaje del emperador. La retirada es inadmisible.
-Maldito
loco. ¿Cual es el estado del Imperator?
-Los
daños se extienden a todas las cubiertas, excepto las centrales. Los
escudos han bajado al cincuenta y cinco por ciento.
-¿Qué
hay de esas naves?
-Daños
diversos en todas ellas. Sus escudos están a niveles muy bajos.
-Sigan
disparando.
Mina
Lars contactó con sus compañeros.
-A
este paso no lo lograremos. Sus escudos resisten más de lo que
esperábamos. Tendremos que abortar el ataque.
-¡No!
No podemos abandonar ahora -respondió Beratis.
-Beratis,
no aguantaremos mucho mas en este infierno.
-Aún
queda algo que puede hacerse.
-¿Qué
ha pensado?
-Lars,
T'Brell, ha sido un honor conocerlas y luchar a su lado.
-¡Beratis!
¿Qué va a hacer?
Por
toda respuesta, el Defiant hizo un looping y se lanzó en picado
contra el puente del Imperator sin dejar de disparar por sus cañones
delanteros.
-¡Beratis,
no lo haga!
Una
enorme explosión se produjo en la proa del Imperator en el momento
del impacto.
-Sus
escudos han caído dijo T'Brell.
-Entonces
a por ellos, que el sacrificio de Beratis no sea en vano.
Ambas
naves concentraron su fuego en los puntos vitales del Imperator sin
prestar atención a lo peligrosamente bajos que estaban sus propios
escudos. Los tres cruceros Vor'cha salieron de warp y se unieron al
ataque. Una serie de explosiones en la parte central de la nave
imperial hizo que esta se partiera literalmente en dos.
Las
naves rebeldes observaron como las explosiones se sucedían en ambas
partes del Imperator hasta que finalmente, se desintegró en un
enorme estallido final.
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Epílogo
Horas
después, todo el mundo en la base rebelde celebraba la victoria y la
muerte del emperador. Tuvok, Mina y T'Brell conversaban con una copa
en la mano.
-La
información falsa dio resultado -decía Tuvok. -Nos esperaban en
Vulcano, no estaban preparados para ese ataque anticipado. Aún así,
lo hemos logrado por muy poco.
-¿Qué
va a pasar ahora? -preguntó Mina.
-Gozaremos
de un corto tiempo de paz, supongo. -respondió Tuvok. -Pero el
sucesor al trono será nombrado emperador en breve y volveremos a
estar en guerra.
Pero
ahora, los terranos ya no están tan seguros de si mismos y mucha más
gente se unirá a la rebelión. El sector Bajor ya es totalmente
nuestro y si todo va bien, pronto anexionaremos nuevos territorios.
Pero sea cual sea el resultado, sera una guerra muy larga y muchos
más caerán en la batalla.
-Eso
el tiempo lo dirá -dijo Mina. Hizo sonar su copa golpeándola con
una cucharilla.-Quiero proponer un brindis -dijo en voz alta cuando
atrajo la atención de todos los presentes. -¡Por Beratis y los
suyos! Gracias a su sacrificio ha sido posible esta victoria.
Todos
levantaron sus copas y exclamaron...
-¡Por
Beratis!
Justo
en ese momento, T'Brell descubrió a Barclay observándola desde un
rincón.
-Discúlpenme
– dijo a los otros. -Tengo que cumplir una promesa.
Los
otros vieron como ella se acercaba al terrano, hablaba brevemente con
él y ambos abandonaban el recinto.
FIN
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